Creo que mis restricciones internas se alejaron, puede que sea, puede que no. No obstante, la permisión de aquel ¨puede¨ es la que me relaja. No saber algo no siempre es perjudicial, reaccionar y no encontrar la respuesta que le pertenece no significa que me halle ante una negación. Vaya uno a saber, quizás sea el comienzo (tanto de aquello que espero y ahora dudo como de aquello que no espero tan directamente pero que aún así me alegra) o quizás no (aunque no creo que nada ¨no¨ comience ahora). Sien embargo, lo que definitivamente no hay es un cierre, sino que me encuentro ante una apertura..
Estoy confundida, que sí, que no, que blanco, que negro, que no es para mí, pero tampoco estoy segura de querer que sea para otro.
Existe tanto que desconozco.. y ayer fui feliz con ello. No me importó -ni me importa- saber que sucederá.. Es mi vida y me espera para vivirla, no para analizarla constantemente, midiendo todo con una regla invisible (que al pertenecer a mi mente, claro, mide con desigualdad y una extrema subjetividad). El porvenir, en sus diversas formas y aventuras, me entusiasma, ya no me presiona más.
La conclusión que suponía que iba a obtener, no la obtuve, aún tengo que resolverla (eventualmente). Pero adquirí una sensación que sin darme cuenta anhelaba y que me acompañará de ahora en adelante, lo sé, si no fuera así creo que no tendría ganas de dedicarle un título.
Ahora, las señales que creí recibir ¿son señales en verdad? No lo sé.. y lo digo con una sonrisa en mi rostro, porque realmente me agrada percibir que esta misteriosa presencia se está haciendo cargo de mí.
¿Sofi va a cambiar? No, no lo creo.. O al menos no en esencia. De todos modos, fue realmente bueno tomar éste fin de semana para detenerme, para hacerme una lista de ¨basta¨, para iniciar una lista de ¨sí o tal vez¨. Pensándolo bien, creo que sí cambié..
Nuevamente se manifiesta ese dualismo inherente en mi personalidad, pero ésta vez con un ingrediente adicional: libertad