Y.. sí. Esa es la respuesta correspondiente a mi duda anterior. Toda la situación no fue, nuevamente, más que una ilusión (no tan vana como para desechar la alegre expectativa que, aunque sea por un momento, dió aliento a mi corazón; pero sí como para reclamar un final feliz, o mínimamente, el comienzo de un romance).
En fin, si ser o no ser es la cuestión, ésto -refiriéndome a la pasada incógnita- no fue (otra vez).
Seguiré en la espera del ser.
No hay comentarios:
Publicar un comentario